Tareas del duelo del cuidador

Cuando aparecen los primeros signos de una enfermedad neurodegenerativa o tal vez cuando nos llega el diagnóstico comienza el duelo, desde esos primeros momentos la evolución por ese camino será compleja y nunca igual para unas personas que para otras, ya que tampoco las vivencias a las que nos enfrentemos ni los recursos de que disponemos (materiales o no) van a ser los mismos, pero hay algo en común: nos iremos enfrentando a pérdidas cada cierto tiempo. El duelo es el proceso por el que los seres humanos ante las pérdidas.

Como cuidador también necesito ser cuidado. Es preciso atender al dolor emocional que experimentamos  al observar las pérdidas en la vida de nuestro ser querido -y también en la propia- como consecuencia de la evolución de la enfermedad y como resultado de anticiparse a las futuras pérdidas.

Para ello a mí me resulta útil trabajar con el modelo de William Worden de las tareas a realizar por las personas que están en duelo: en primer lugar se trata de trabajar en la aceptación de la realidad de la pérdida, esta tarea implica aceptar que hay una pérdida, aceptar la importancia que esa pérdida tiene para nosotros así como su irreversibilidad; en segundo lugar hay que gestionar el dolor emocional que produce la pérdida, para eso hay que aprender a detectar, aceptar, exteriorizar (aunque sea de manera privada) las múltiples emociones que pueden surgir del dolor: miedo, culpa, enfado, tristeza, desesperanza, ansiedad …  y reconfortarse, ayudar a regularse emocionalmente; la tercera tarea consiste en adaptarse al entorno como va a ser a partir de ahora, y además se trata de un entorno incierto y cambiante: nuevas actividades, responsabilidades, necesidades y nuevos roles…; la última tarea consistirá en adaptarse a la nueva relación con el ser querido al tiempo que nos adaptamos a una nueva forma de relacionarnos con el resto de personas, sin dejar de manetenerlas.

Visto en nueve líneas es una simplificación, pero llevarlas a cabo es un gran trabajo, y puede ser muy recomendable abordarlo en las primeras etapas, cuando las demandas situacionales no son tan elevadas, ya que a lo largo del tiempo de convivencia con la enfermedad tanto nosotros como nuestros seres queridos vamos a tener que enfrentar diversas pérdidas y cuánto mejor preparados estemos, mejor podremos afrontarlas de un modo que beneficiará a ellos y a nosotros mismos.

Si quieres ayuda profesional para gestionar tu duelo, no dudes en consultarme, podríamos trabajarlo juntos.

Graciela Otero Fernández

Colegiada: M-27621

neuropsicologa@madridpsicologos.com

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