Demencia Fronto Temporal: evaluación e intervención

El primer paso -como sucede en cualquier tipo de afectación- es elaborar un diagnóstico adecuado, y eso es mucho más que etiquetar a la persona, es analizar cuales son las capacidades que están preservadas y cuales están deterioradas, una vez hecho este trabajo se puede comenzar a trabajar

Detrás de la evaluación y la intervención existen diversos modelos teóricos, por ejemplo modelos de la atención que suponen que la atención es multidimensional y que está organizada jerárquicamente, pero el objetivo de esta entrada no es exponer teorías, es dar respuestas que puedan ser útiles a los familiares de las personas aquejadas de esa forma de demencia que es la Demencia Fronto Temporal así que vamos a ello.

Un presupuesto teórico de base en el trabajo de «Madrid Psicólogos y Neuropsicólogos» es la suposición de que el cerebro es plástico, ésto es, cambia y si uno establece unos objetivos y busca estrategias adecuadas para alcanzarlos es probable que lo consiga. Entonces si conocemos las capacidades que la persona puede mantener con entrenamiento las entrenaremos, y si encontramos capacidades que están perdidas pero pueden ser reemplazadas por otras las buscaremos…

A grandes rasgos hoy en día se habla de tres tipos de demencia fronto-temporal

1. Variante frontal que se caracteriza particularmente por los cambios que se producen en el comportamiento y en las actitudes de la persona (perdida de interés por actividades que previamente le interesaban) y un  deterioro importante de las relaciones personales

2. Demencia semántica en la que paulatinamente la persona va perdiendo la capacidad de entender el significado de las palabras, y después pierde la capacidad de entender los estímulos visuales, los olores, sabores y sonidos no verbales

3. Afasia progresiva primaria en la que destaca que la persona tiene dificultades para nombrar objetos o personas,  no encuentra palabras para establecer una conversación, disminuye el tamaño de las frases, se altera la velocidad del lenguaje, sin embargo se mantiene la comprensión

Dentro de cada una de ellas habrá grandes diferencias dependiendo en primer lugar de la zona afectada dentro del área fronto-temporal, del estadio en que se esté, de las habilidades previas de la persona afectada, de otros problemas que la persona tenga (otras enfermedades, condiciones sociales, etcétera).

La mejor intervención sería aquella «que está hecha a medida» para la persona, para ello debería ser individual o en grupos reducidos y homogéneos que permitan utilizar las estrategias más beneficiosas para la persona, pero lo habitual no es el tratamiento individual o en grupos de personas con el mismo tipo y subtipo de demencia:

-así que si la persona va a un centro de día o está en una residencia se beneficiara de tener interacciones sociales con sus compañeros o con el personal de ese centro pero en menor medida se beneficiará de terapias que no están dirigidas a su tipo de deterioro

las actividades cognitivas que se utilizan en otros tipos de demencia aportan poco a las personas con DFT (demencia fronto temporal), no están pensadas para ellos;

-del mismo modo cuando un familiar de una persona con DFT utiliza ejercicios cognitivos de los que se ofrecen en el mercado para deterioro cognitivo en general básicamente conseguirá que su familiar esté entretenido, pero apenas alcanzará ningún objetivo terapéutico

las tareas elegidas por el Neuropsicólogo, el Terapeuta Ocupacional, el Musicoterapeuta están sin embargo orientadas a las capacidades que la persona conserva y las que están afectadas

Sin embargo hay algunos objetivos que suponemos persiguen una gran parte de las personas:

-el bienestar emocional: a través de la actividad física e intelectual, del arte y de la música los seres humanos nos encontramos mejor

-la meditación, la atención plena, el mindfulness, el yoga… generan mejoras en la capacidad de concentración, en el control de los impulsos y en el estado de ánimo, cuanto antes se ponga en práctica alguno de ellos cuando uno se enfrenta a una demencia, mejores efectos podemos esperar que tenga, además la persona con demencia puede sufrir y este tipo de actividades reducen el sufrimiento o nos ayudan a enfrentarnos a él, y digo puede porque en algunos casos la demencia fronto-temporal va acompañada de indiferencia afectiva

– en la demencia semántica y en la afasia progresiva primaria  puede ser conveniente  estimular la denominación de objetos (se puede ayudar a la persona indicándole las iniciales de la palabra o deletreándosela para favorecer que la recuerde), estimular la fluidez verbal pidiendo a la persona que nos diga palabras que empiecen por o que pertenezcan a una categoría determinada, jugar a juegos como el lecto-foto (la persona tiene que unir objetos a la palabra que los nombra), favorecer que la persona participe en la vida social y mantenga conversaciones en el entorno nomalizado

-los ejercicios de planificación, organización, secuenciación, encaminados a metas y a resolución de problemas pueden ser válidos dado que en todos los tipos de DFT se afecta la función ejecutiva

– en cuanto al trastorno de conducta que puede presentar la persona, no sirve contradecirle, siempre será mejor «llevarle» a donde queremos, o evitar las conductas problema. Por ejemplo con los problemas relacionados con la alimentación, la familia puede tener que cerrar con llave el acceso a los alimentos, si la persona conduce y no es conveniente que lo haga sola, se puede ir con ella o en el peor de los casos eliminar el vehículo, si la persona da pongamos «azotes» a todo el que se cruza en el camino, mantenerle ocupado y activo así como evitar que se encuentre con los estímulos que desencadenan la respuesta que no queremos que se produzca puede disminuir esa conducta, ese tipo de conducta es denominada de utilización: el sujeto con dificultades para controlar los impulsos utiliza todo lo que tiene delante…

En cualquier caso estas son apenas algunas recomendaciones generales, y siempre será más adecuado «hacer el traje a medida» de las necesidades de la persona afectada y su entorno.

Graciela Otero Fernández

Neuropsicóloga

Nº Colegiada: M-27621