Rehabilitación neuropsicológica: ¿Sirve la estimulación cognitiva?

Nuestro equipo pretende estar al día de los avances de la neurociencia, procuramos ser serios cuando afirmamos algo y consideramos útiles aquellas actividades que la experiencia inmediata (el trabajo con nuestros pacientes día a día) nos muestra que son útiles y aquellas que estén avaladas por la investigación científica .

En neurociencia hay estudios que avalan que la plasticidad cerebral es un hecho, diversos estudios muestran que asistir a centros de día, participar en intervenciones de estimulación cognitiva y/o funcional,  encaminadas a ralentizar el progreso de las enfermedades neurodegenerativas consiguen su objetivo de enlentecer la pérdida de las capacidades.

Y en neurociencia algunos investigadores consideran que lo antes mencionado no tiene validez, por ejemplo la neurocientífica Angela Sirigu directora de investigación del Centro de Neurociencias de la Universidad de Lyon (Francia) opina que los programas de entrenamiento cerebral con el objetivo de mejorar las funciones cognitivas responden a una moda promovida por los medios de comunicación…sin base científica confirmada.

Ello nos lleva a preguntarnos si lo que estamos ofreciendo tiene alguna utilidad, y solo el tiempo puede decirnos si la tiene o no, pero ¿qué podemos hacer entre tanto?

Lo primero es valorar que pasa antes y que pasa después: medimos las diferentes características (cognitivas, emocionales y funcionales) de el paciente antes de comenzar la intervención, y semestral o anualmente volvemos a tomar las mismas medidas, si no se trata de demencia cabe esperar que los resultados obtenidos por el paciente sean mejores después de lo que fueron antes, si se trata de demencia nos daremos por satisfechos si el paciente se mantiene al mismo nivel pasado ese periodo o la pérdida es mínima, especialmente en cuanto a su capacidad funcional y su estado de ánimo.

Otro punto que tenemos que tener en cuenta es que la evaluación inicial es la que tiene que determinar las áreas en las que se debe trabajar, la intervención no es la mera repetición de ejercicios de los muchísimos que se nos ofrecen a través de diferentes medios, la intervención tiene que ir orientada a no perder lo que poseemos, compensar o rehabilitar aquello que se nos está debilitando, ganar nuevas habilidades que nos permitan seguir siendo lo más autónomos que sea posible en la vida diaria.

En cualquier caso y para terminar no olvidemos que al menos así me lo parece a mi, cualquier actividad humana se beneficia del entrenamiento si este es aplicado en base a un modelo teórico que lo sustente, es decir, cualquier persona puede mejorar su concentración, su memoria, su capacidad de ponerse en la mente de otro, su capacidad para relajarse, su capacidad de cálculo, etcétera,  si se entrena, pero eso sí, tiene que saber qué es lo que quiere y necesita entrenar.

Graciela Otero Fernández

Neuropsicóloga

Número de colegiada: M-27621